¡Agradecer!

Si lo pensamos y mejor aún, si lo sentimos, siempre vamos a encontrar motivos para agradecer.

Por un momento pensemos en todas esas personas que están, pensemos en todas las experiencias, momentos o situaciones que nos ayudan a crecer cada día y no olvidemos agradecer por ellas.

Cuando vivimos en gratitud las manifestaciones de merecimiento se reconocen desde el corazón.

Cada mañana, elevemos nuestra mirada e iniciemos el día con un gracias a ese ser o fuerza maravillosa, yo le llamo Dios y sus regalos cada día me sorprenden más.

Por eso hoy,

  • Enfóquese en la solución de sus problemas e inconvenientes, no en ellos.

  • Céntrese en su vida, deje el juicio, la crítica, la envidia, mejórese a usted mismo cada día.

  • No se compare, usted es único e irrepetible, honre a la persona que es.

  • No existen límites, excepto los que usted se impone.

  • Diga si a los sueños de su corazón.

  • Descubra sus dones y talentos.

  • Sea la mejor versión de usted mismo.

  • Desarrolle hábitos saludables.

  • Tome las riendas de su vida.

  • No espere que cambie la vida ni los demás, el cambio empieza por usted.

Y recuerde,

¡Respire profundo y agradezca! 

  • Si se vale regresar a espacios que llenan nuestra vida y corazón de experiencias y buenas emociones.
  • Si se vale repetir cuantas veces queramos la receta para llegar a nuestras metas.
  • Si se vale escuchar nuestros impulsos y si éstos nos llevan a lugares mágicos pues se vale ir una y otra vez.
  • Si se vale cruzarnos en el camino de espacios, momentos y personas que nos hacen bien.

¡Vivir una y otra vez en agradecimiento, creando y soñando!

Yaxún Víquez A.