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Por Yaxún Víquez A.
Psicóloga y Coach de Vida

Es frecuente encontrar en consulta a esa persona, convencida de su mundo y su manejo, que te dice “yo soy así, no puedo cambiar”, “así me enseñaron, ya no hay nada que hacer”.

¿Sos vos de esas personas que creen que ya lo saben todo cuando de emociones se trata?

Estoy convencida de algo como mujer y como profesional. La realidad puede invitar a otra idea: Siempre podemos cambiar.

Creo que las personas podemos aprender el lenguaje de las emociones a cualquier edad. El cambio, es un tema de:

• Tomar conciencia.
• Ser responsables con nosotros mismos.
• Salir de la posición del «pobrecito yo, el mundo no me quiere».
• Dejar de ser víctima y accionar.
• Querer hacerlo diferente, para crear resultados distintos.

Ese debe ser nuestro motor inicial para el cambio. Esta es la idea general, sin importar la edad. Vos, yo, podemos transformar lo que nos mantiene estancados en lodo de la pasividad.

Es necesario tener claridad y asumir un nuevo lenguaje, vivir en clave de “Sí”:  Yo quiero, yo puedo. Esto aplica para cualquier edad, en cualquier época del año, en el día a día de tu historia.

Ahora bien, para conseguir resultados permanentes, es necesario crear hábitos, recordando que la constancia y la disciplina van de la mano. Nunca será tarde para crear un nuevo hábito.

Además, es necesaria la conexión personal con nosotros mismos. Entendiendo como conexión “esa caricia para el alma, esa demostración explicita de comprensión, respeto, y afecto para nosotros mismos”. 

Es necesario saber ¿cómo me conecto a nivel personal? Para reconocer ¿Qué necesita mi cuerpo y mi corazón? ¿Qué me hace feliz y que no?

Saber gestionar y balancear un hábito, parte del poder crearlo, tomando una decisión, sosteniéndola y llevándola a la acción, sin dudas, pero con la certeza emocional de que nos hace bien.

Los hábitos deben de ir de la mano de nuestras metas, cumpliendo con aquello que anhela mi corazón, por tanto, el trabajo día a día, es la automotivación. Esto dista de lo que esperan lo demás de mí, o de la búsqueda constante de llenar vacíos de otras personas.

¡Si querés conectar con tus emociones, conecta con vos!

El cambio empieza cuando sos capaz de crear la mejor versión de vos mismo, esa que te permita generar paz, que al cerrar tus ojos te invita a sentir que todo está bien y te permite despertar con una sensación de serenidad, para enfrentar el afán de cada día.