Muchas veces pensamos en este asunto de la paz como algo totalmente ajeno a cada uno de nosotros, lo cierto del asunto, para mi, refiere a la construcción diaria y consciente de ese estilo de vida que nos proponemos, volver a lo básico, a lo simple, a lo que me haga sonreír.

Por eso resumo hoy 12 acciones concretas en las que podemos centrarnos, la idea es revisar, analizar y generar los cambios que se eligen desde la aceptación y el anhelo,

 

Síntomas de paz interior 

Disfruta de cada momento

Conozco muchas personas que no han terminado de comer su plato y ya están pensando en cuál será el postre. Si se identifica con ésto, qué le parece si empieza por disfrutar cada instante, si, de manera plena, pausada, sin la impulsividad que muchas veces accionamos y que no nos deja disfrutar.

Agradecer para mi es clave en este punto, revisar lo que existe en nuestras vidas y sentir gratitud por ello, añoramos tanto lo que no tenemos que nos desconectamos de la posibilidad de disfrutar el hoy con lo que si existe.

Tiene una clara perdida de interés por juzgar a los demás 

La persona que trabaja en su paz sabe que el juzgar a otros no es más que el reflejo de inseguridades personales y por eso decide entonces revisar sus pensamientos, sus emociones y sus acciones personales sobre los que hacen o dejan de hacer los demás.

Pérdida de interés por juzgarse a si mismo 

Cambiar el juzgarse y no me refiero a dejar de trabajar sobre nosotros mismos, me refiero a entender que en cada momento lo estamos haciendo lo mejor que podemos con los recursos que tenemos y por eso me permito en aceptación trabajar sobre aquello que deseo pero con el objetivo de crear la mejor versión de mi mismo.

Trabaja en dejar de interpretar las acciones de los demás

Algunas veces tendemos tanto al sobre análisis de lo que hacen los otros que olvidamos por completo la intencionalidad, recibir con mayor apertura desde un espacio cargado de conexión más que de interpretación de lo que espero según mis expectativas.

Intencionalmente busca alejarse de los conflictos 

El conflicto únicamente genera que usted se abrume, vivir de esa manera nubla toda posibilidad se estar y sentir bienestar.

Trabaja más sobre el ocuparse en lugar de preocuparse

Acciones concretas, preguntarnos a nosotros mismos qué puedo hacer para resolver en lugar de únicamente dar espacio a los pensamientos cargados de angustia y ansiedad.

Trabaja en establecer sanas conexiones con los demás 

Es importante preguntarnos qué puedo hacer para generar vínculos más sanos y cercanos con quienes queremos, algunas veces esperamos a que sean los otros quienes se encarguen y olvidamos la corresponsabilidad de los vínculos.

Disfruta de manera consciente de la naturaleza

Volver a eso simple, a escuchar los sonidos de que nos regala lo natural, a regalarnos la posibilidad de disfrutar del Sol y de todo aquello que está a nuestro alcance de manera positiva.

Se ríe sin reparos 

Es triste percibir cómo hemos olvidado sonreír e incluso cómo relacionamos la risa con infantilismo o inmadurez. La sonrisa está cargada de esa emoción primitiva llamada felicidad y por eso su aparición en nuestras vidas nos permite las sensaciones más placenteras y agradables.

Libera la necesidad de control, deja que las cosas fluyan 

Hay una realidad y es que muchas veces nos centramos más en todo lo que no puedo cambiar que sobre lo que sí puedo, qué le parece si empieza a preguntarse sobre qué en su vida puede generar cambio y empieza a hacerlo, de este modo sus acciones serán de impacto.

Empieza a apreciar la espontaneidad 

La vida merece ser vivida con todo lo que nos regala, de este modo la espontaneidad nos permite apreciar con mayor autenticidad esos regalos y disfrutarlos. No tiene que tener un guión siempre para todo, claro que las metas son necesarias y los planes para llegar a ellas también pero responder con su propio esencia a todo esto puede sorprenderlo y hacer que incluso llegue con mayor rapidez y hasta eso por lo que trabaja con tanta fuerza.

Esta receptivo al amor de los demás

Se vuelve necesario dejar de cuestionar tanto la manera en que los demás expresan su afecto, necesitamos necesariamente empezar a disfrutarlo y agradecerlo.

Yaxún Víquez A.