Manténgase en un estado de gratitud constante, por todo lo que es y lo que tiene. 

Hay que vivir en un estado de permanente agradecimiento por todo. Dándole a cada momento, a cada situación el reconocimiento del valor que tiene.  

Viva saboreando, disfrutando el café que se toma, el aire que respira, la ducha en la mañana, las sabanas limpias en la noche. 

El nivel vibratorio de la gratitud es altísimo, las ondas son similares a las del amor, poderoso por lo mismo.  

Si logra mantenerse en ese estado por un tiempo considerable y de manera sostenible, eso que llamamos milagros se acercarán a su vida. 

El simple hecho de vivir consciente y despierto cada momento, saboreándolo, sintiéndose vivo y presente, ya es suficiente. 

Aprenda a vivir reconociendo todo cuanto hay en su vida, al hacerlo no hará falta que, de las gracias, pues estará en pleno estado de agradecimiento.  

Esto es vibrar en el agradecimiento y cuando más agradecemos, más motivos vamos a tener para agradecer. 

Yaxún Víquez A.