¿Imagínese que va caminando a la playa bajo una calurosa temperatura de 35 grados, está usando un pasamontaña, bufanda, 2 suéteres, y zapatos de vestir, se imagina?, es hasta incómodo imaginarlo verdad? está yendo a un lugar que le encanta, sin embargo, no parece disfrutarlo, es prácticamente imposible con tanta ropa y cosas que carga poder agradecer el estar en ese lugar, de hecho, con todo eso que trae puesto ni siquiera puedes refrescarse en el agua.

 

Ahora, esa “previsión” de llevar esa ropa quizá tenga una lógica, usted pasó mucho frío en una etapa de su vida y no quiere volver a sentir, sigues cargando con lo que alguna vez te sirvió y le protegió, quedándose con la idea de que así tenía que ser siempre.

 

Algo similar pasa con los estados emocionales y eventos que venimos cargando desde niños, como en algún momento nos sirvió para protegernos, nuestro subconsciente se quedó con esa idea y lo seguimos aplicando aún y cuando en este momento ya no nos sirve, es más, nos estorba.

 

Es por eso que necesitamos revisar nuestros patrones mentales, nuestras acciones de manera constante, evolucionar o crecer tiene poco que ver con el ambiente, es necesario que sepamos que se involucran otros elementos como tiempo, espacio y voluntad.

 

Quiero hacerle una invitación, quiero que se regale la oportunidad de revisar que le está afectando y de manera consciente y honesta se responda si realmente todo eso le sirve el día de hoy, valide que en algún momento sí funcionó pero que ahora puede avanzar de manera diferente, sin cargas, sin pesos innecesarios y disfrutar de cada lugar, de cada espacio, de cada estado emocional a plenitud.

Yaxún Víquez A.